La decocción se usa para principios activos que no sufran alteraciones con la temperatura.
En este procedimiento se hierve la droga en agua por espacio de 15 a 60 minutos (según sea la planta o el principio activo a extraer), se enfría, se cuela y se añade suficiente agua fría a través de la droga hasta obtener el volumen deseado.
Dependiendo de la consistencia de las partes a extraer, se darán tiempos de decocción más o menos largos; generalmente, las raíces, hojas, flores y pedúnculos foliados se hierven en agua durante unos 15 minutos, mientras que las ramas y otras partes más duras pueden precisar hasta una hora, tiempo durante el cual deberá ir reponiéndose el agua evaporada.
Una vez hecha la decocción hay que filtrar el líquido mediante un paño, exprimiendo bien el líquido obtenido.
EJEMPLOS
Decocción de ginseng: Para reforzar la capacidad de concentración (en caso de bajo rendimiento); fatiga.
Decocción de roble: Gastroenteritis, diarrea aguda.
Decocción de hinojo (raíz): Para estimular el apetito y en caso de retención de agua (gracias al efecto diurético de la raíz de hinojo).
Decocción de malvavisco: Para combatir la tos (especialmente la tos seca).
Decocción de perejil: Como “depurativo”, sobretodo de los riñones. Se cree que el perejil puede purificar los riñones, prevenir e incluso curar ciertas enfermedades. Sin embargo, en caso de
enfermedad renal, se ruega consultar siempre un médico.
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